THE JOURNALIST ASKS

Qué cosas las que se ven en la política, prueba de ello es la crisis diplomática desatada durante esta semana por parte de los ex presidentes Andrés Pastrana y Ernesto Samper quienes prefirieron rechazar los cargos de embajadores que el presidente Álvaro Uribe les había ofrecido. Como en las novelas, esta crisis más parecia una pelea de tipo mosqueteros, es decir, cada cual defendiendo su honor a cualquier precio. En el caso de Pastrana, no era lógico para él, tener que aceptar que Samper fuera el nuevo embajador de Colombia en Francia pues las diferencias y los roses que han tenido no les permiten trabajar en equipo.

Recordemos que tan pronto se posesionó Samper en el 94, fue Pastrana quien dio a conocer los llamados narco cassettes, en donde estaba depositados cada una de las pruebas que vinculaban a Samper con la presunta financiación de campaña con dineros del narcotráfico. El resultado de esa revelación, el inicio del vergonzoso proceso 8.000 que por cierto termino absolviendo al entonces presidente de la república, o sea a Samper.

Desde esa época comienza entonces cada uno de los roses de los mandatarios quienes no se ven ni en pintura y prefieren guardar distancias frente a presuntos encuentros de ex presidentes en palacio.

Ya todos conocen lo sucedido después, Pastrana ganó la presidencia, perdió credibilidad con los colombianos por el fracaso de un proceso de paz y etcétera, etcétera, etcétera. Uribe subió al poder y a sus posibles criticos les empezó a dar cargos diplomáticos; el último de ellos, la embajada de Colombia ante los Estados Unidos que paso a ser por un tiempo muy corto, de Andrés Pasatrana.

Pero no fue sino el anuncio durante esta semana de "Samper para la embajada de Francia", lo que desato una serie de reacciones encontradas dentro del mismo Gobierno. Pastrana dijo que no defendería a Samper ante los Estados Unidos ni mucho menos aceptaría trabajar con él en cargos diplomáticos. ¿Y qué más da? El uno renunció, el otro no se quedo atras y pues como siempre, el presidente tuvo que acceder a su plan B para solucionar esta crisis desatada por ex presidentes impopulares en el país.

Entonces frente a todo esto vale preguntar ¿para qué sirven los ex presidentes? y lo digo porque muchos de ellos se llenan la boca diciendo que después de dejar el palacio continuarán con su trabajo por el país y que no abandonarán los gajes de la democrácia colombiana. Lastimosamente cuando se les convoca para que cumplan sus últimas promesas, aquellas la de trabajo por el país, salen corriendo por la serie de diferencias que aún quedan en el camino.

Afortunadamente para Washington se va una excelente embajadora de nuestro país, Carolina Barco, una nortesantandereana que ha desempeñado muy bien su labor en el campo internacional a través de una acertada política de diplomácia que empezó desde que asumió como canciller. Bien por ella.

Pero lástima que María Angela Holguín no aceptó la embajada en Francia, ella también es de esas mujeres que como siempre deja en alto el nombre del país, por su gran capacidad en administrar y solucionar problemas.