En boca de todos está el tema de la Guaca que encontraron un centenar de militares con 46 millones de dólares. Y digo en boca de todos, porque el caso sólo paso a tener exclusividad gracias a la película que ayer fue estreno nacional y que se denomina "Soñar no cuesta nada". Aún no la he visto pero espero hacerlo pronto, ya que la alharaca que han hecho los medios estos últimos días es tal, que lo motiva a uno a ver las surgientes producciones nacionales.
El caso de lo militares con la guaca millonaria ha llevado a un enfrentamiento de opiniones en la clase colombiana porque precisamente esta semana por cosas de casualidad, también se emitió un fallo que condena a algunos militares y absuelve a otros dentro de esta comedia llamada "la guaca de los narcoterroristas". Y se ha abierto el debate pues hay unos que están a favor y otros en contra sobre sí debieron o no los militares quedarse con semejante caleta que permitirá vivir bien por muchos años.
Para los que condenan el hecho, es preciso señalar que se colgaron de cuanta justificación legal existiera dentro del juicio militar que el ejército abrió. Que es una cuestión de ética y moral, citan algunos, es algo de principio rezan otros y los más osados, con mente cerrada y conservadora y quizás agazapada, señalan con su dedo inquisidor a los soldados que en últimas fueron víctimas de una mala jugada que les deparó el destino.
Si hubiera sido yo uno de los militares en ese hecho, preferiría quedarme callado, no acudiría a la fantochería y despilfarre de dinero a diestra y siniestra porque sabría que eso es el primer síntoma para llamar la atención. Pero bueno, eso lo digo ahora, no sé a la final cómo actuaría en un momento de euforia y calor, tal cual vivieron los soldados en su tiempo tan pronto encontraron semejante tesoro proveniente de un grupo insurgente.
Es por eso que me parece absurdo que hoy, los jueces aludan que ha sido uno de los mejores fallos que se han emitido frente a un caso como estos. Ridículo el papel de las autoridades al escudarse en unos soldados que si nos ponemos en sus zapatos, ese dinero lo tenían más que merecido. ¿De qué sirve en Colombia morir defendiendo a una nación sí a la final la única indemnización que se recibirá es la bandera doblada que se da al final de la ceremonia cuando ya el militar está muerto? Ahora bien, aquellos que captan recursos, en este caso la familia del militar caído ¿qué tanto les dan? ¿es lo suficiente para compensar una muerte? Nada es justificado en el marco de esta guerra que no se sabe cuándo parara.
Para terminar, sí hubiese sido Juan Manuel Santos, ministro de defensa, quien encontrara la guaca millonaria, ¿Cómo sería el caso? ¿Él la entregaría? ¿Lo absolverían o lo condenarían con una pena absurda de uno o dos años en su casa? La justicias a veces es incierta y en Colombia uno nunca sabe...
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