Mientras en la mayoría de países del mundo se celebraba el Día Internacional de trabajo, en los Estados Unidos el panorama era totalmente diferente. De costa a costa y de norte a sur, miles de inmigrantes salieron a las calles estadounidenses para exigir la pronta legalización de los indocumentados en la Unión Americana.
Actualmente cursa en el congreso de los Estados Unidos un proyecto de ley que permitirá mejorar o empeorar la situación de miles de latinos que llevan años viviendo en ese país de forma ilegal con empleos no bien remunerados y con desigualdades en las condiciones laborales frente a los nativos americanos.
El anunciado boicot en el que participaron hispanos, africanos y asiáticos logró de una manera muy simbólica hacer entender a los dirigentes políticos de ese país la importancia que tienen los inmigrantes para el desarrollo de los Estados Unidos. Algo similar ocurrio al comienzos del siglo XX (pero no en tales proporciones), en esa nación, cuando miles de extranjeros, en su mayoría europeos, se asentaron en las principales ciudades estadounidenses huyendo de la pobreza y las malas condiciones sociales por la que atravesaba el viejo contienente. En ese proceso participaron irlandeses, ingleses, españoles, italianos, rusos, franceses entre otros. Los irlandeses, por ejemplo, se ubicaron en Nueva York, allí con todas sus costumbres ayudaron de una manera al desarrollo de esa ciudad como una de las capitales del mundo. Caso contrario podríamos decir en San Francisco, en donde algunos antisociales italianos implataron la más famosa mafía de la primera mitad del siglo XX. Los ingleses con finos almacenes contribuyeron a lo que sería el auge de la avenida quinta, hoy tan conocida en el mundo comercial y los judios quienes de una u otra manera acostumbraron a los americanos a su religión, siendo Nueva York, la ciudad con más población judia en el planeta.
Entonces, los Estados Unidos a lo largo de su historia se ha convertido en el refugio, la esperanza o la pesadilla para miles de personas que salen de sus países de origen sólo para lograr el tan anunciado
American Dream (sueño americano) que esa nación se ha encargado de crear con el paso de los años. Es ese
American Dream por el que millones de personas han traspasado fronteras de la forma menos pensada sólo para vivir esa fiebre o aire de libertad que podriamos decir que se respira en norteamerica,(libertad muy cuestionada por cierto). por eso, ¿qué tiene ese país que atrae tanto a los humanos del denominado tercer mundo? ¿Qué queda de esa nación cuando se sabe que es netamente vulnerable a cualquier ataque o hecho terrorista por el simple hecho de haber ganado numerosos enemigos gracias a la aplicación de políticas intervencionistas en países con dudosos sistemas de gobierno?
Quizás responderiamos de una forma simplista con solamente decir que allá hay más dinero, que las oportunidades son numerosas y que las condiciones laborales son mejores que en cualquier otro país latinoamericano o surafricano, pero no, eso es sólo la fachada de lo que los medios de comunicación nos venden; realidades bonitas pero dudosas, prueba de ello es el inconformismo de las miles de personas que protestaron para exigir igualdad y legalidad en una tierra en donde han echado raíces y en donde de forma alguna extrañan el terruño que les vio nacer, pero que por culpa de las circunstancias o el destino no volverán a ver porque una ley podría no permitirlo.
Hoy los inmigrantes piden apoyo, respaldo y eso lo logran a través de una fuerte voz que se escuche en los pasillos del capitolio del congreso de los Estados Unidos o en la oficina oval del no popular George Walker Bush quien a propósito ha decidido no hablar mucho sobre el tema en los últimos días.
Lo visto el pasado 1ro de mayo, es la muestra de un anhelo de igualdad de derechos laborales, sociales y habitacionales de una población que representa gran parte de la economía estadounidense, porque la mayoría de los intereses de los americanos están representados en la labor de la mano de obra del latino, asiático o africano. Por eso el mensaje fue claro, IGUALDAD.
**********
No había que pasar por desapercibido que el primero de mayo también fue la celebración del Día del Trabajo en casí todo el mundo. Pues bien, en Colombia la fecha pasó a ser celebrada como todos los años, protestas aquí, protestas allá, que el TLC, que el ALCA, que la CAN etc, etc. Las agremiaciones sindicales siguen repitiendo el discurso y como siempre no se les tiene en cuenta. Uno nunca sabe, de pronto este año sí, como es calendario electoral, entonces las prebendas saltarán a la vista.